La seguridad fiscal de las empresas radica en demostrar la materialidad de los bienes y servicios recibidos
Con todo y los avances tecnológicos en materia de información, no se han podido erradicar las malas prácticas de evasión de impuestos, como son las operaciones inexistentes. Éstas se presentan de dos manera: la venta de facturas bajo el concepto de gastos excesivos o inexistentes; o bien la comprobación apócrifa. El primer término es una práctica indebida que se da al solicitar a un proveedor la facturación de productos que sí maneja, pero sin ser parte de una operación real, por lo tanto es inexistente; por otro lado, hay quienes emiten facturas de productos que no existen en el inventario, es decir, también son inexistentes. Por último están quienes no sólo realizan operaciones inexistentes, además falsifican o clonan datos de proveedores y, por consiguiente, sus CFDI se convierten en operaciones no reales, provenientes de empresas fantasma que venden facturas; por lo que además de ser operaciones inexistentes son apócrifas.